ENSALADA LEVANTINA CON SAZÓN NORCOREANO
JOSÉ HAMRA SASSÓN
MEDIO ORIENTE, UN MUNDO ENTERO
REVISTA ANTENA RADIO 107.9 FM
28 DE MAYO DE 2009
Medio Oriente es un hervidero. Varios asuntos coinciden en un breve lapso de tiempo, generando un clima de incertidumbre donde actores domésticos, regionales e internacionales se entremezclan. Predomina el choque previsto entre los gobiernos de Israel y Estados Unidos tras los esfuerzos Washington para relanzar el proceso de paz con Palestina, mientras que la rivalidad entre palestinos entorpece cualquier escenario más o menos optimista.
Ni que decir del programa nuclear iraní, que marcha viento en popa, aunado al proceso electoral donde se cuestiona el liderazgo de Mahmoud Ahmadineyad. Por su parte, las elecciones programadas en El Líbano para el 7 de junio contienen un elemento de explosividad encarnado en Hezbollah, el partido shiita apoyado directamente por Teherán. Así pues, Medio Oriente vive un momento particularmente tenso que tendrá desenlaces inciertos en el futuro inmediato. Vayamos por partes para desmenuzar esta intrincada ensalada, puesta a la mesa, a unos días de que Barack Obama realice su primera gira a la región como presidente de Estados Unidos.
La semana pasada, Obama recibió en la Casa Blanca al primer ministro de Israel. Las declaraciones de los últimos días reflejan el desencuentro entre ambos. Como parte de su intento por solucionar el conflicto entre israelíes y palestinos, Obama exigió a Benjamín Netaniahu poner fin a la expansión de los asentamientos judíos en los territorios palestinos ocupados. El premier israelí, además, evitó refrendar la solución de los dos Estados. No es la primera vez en que estos aliados, Israel y Estados Unidos, no coinciden en la misma dirección. Sin embargo, en esta ocasión, la distancia que se marcó entre ambos gobiernos se fundamenta en la decisión de Obama de convertirse en un intermediario imparcial, necesario para alcanzar un acuerdo que incluya un Estado palestino viable que coexista al lado de Israel. Pero su intención aún no encuentra suficiente eco. La coalición que sostiene al gobierno de Netaniahu rechaza el proyecto de los dos Estados. Además, el premier israelí se debe, y protege, a los 300 mil colonos judíos que imponen su ley opresora en los territorios ocupados, coartando a la población palestina de la posibilidad de ejercer, siquiera, sus libertades políticas y civiles más elementales.
No es sólo la intransigencia israelí la que entorpece el intento diplomático de Washington. La lucha de poder entre Al Fataj, que encabeza Mahmoud Abbas y Hamás hace imposible que se concrete cualquier proyecto de paz. Los esfuerzos de Egipto por reconciliar a estas dos fuerzas palestinas a través de la formación de un gobierno de unidad nacional han sido infructuosos. El movimiento islámico salió políticamente fortalecido tras la guerra de Gaza y no requiere flexibilizar su postura ante una ANP ineficaz y débil. Además, considera al presidente Abbas como parte del problema y no de la solución. Mientras Hamás no reconozca al Estado de Israel y rechace el proceso de paz, será difícil pensar en una reconciliación palestina. De esta forma, el apoyo de Obama a Abbas, traducido en frenar el crecimiento de los asentamientos judíos en Cisjordania y en el levantamiento de las restricciones de movimiento de la población palestina, podría revitalizar al líder palestino frente a Hamás. Además, Abbas, quien hoy fue recibido por Obama en la Casa Blanca, se fortalecería si se concreta la Iniciativa de la Liga Árabe que endorsa el reconocimiento de Israel a cambio de un acuerdo de paz con Palestina. De ser certera esta observación, es posible que atestigüemos un mayor distanciamiento entre Obama y Netaniahu, con lo que el hilo reventaría por lo más delgado, es decir, crearía inestabilidad en la coalición israelí y posibles elecciones adelantadas.
Precisamente, Netaniahu ha intentado aplacar la avanzada diplomática de Washington advirtiendo sobre la amenaza iraní. Obama busca resolver el conflicto palestino-israelí como parte de una estrategia regional más amplia, que incluye la neutralización del proyecto nuclear de Irán. En este contexto, Ahmadineyad ha incrementado su discurso incendiario de cara a las elecciones del 12 de junio donde se juega su futuro político. El reformista Mir-Hossein Mousavi se enfila como el candidato más fuerte para evitar que Ahmadineyad se re-eliga. Mosuavi cuestiona la política exterior de Ahmadeniyad, que entre otras cosas, ha aislado aún más a la república islámica y profundizado sus problemas económicos. Si bien buena parte de la política iraní reside en el ultra-conservador Consejo de Sabios, una superestructura político-religiosa que determina el devenir iraní, también es cierto que la coyuntura económica ha puesto en riesgo la continuidad del régimen islámico ante el creciente descontento popular. En este caso, es posible que una visión más pragmática de los propios Ayatolas acabe por darle las gracias a Ahmadineyad por sus servicios.
Así mismo, las elecciones que se realizarán en El Líbano serán otra prueba que permita medir las fuerzas regionales en la zona. Hezbollah, apoyado por Irán, busca incrementar su tajada de poder a través del proceso electoral del 7 de junio. Sin embargo, la reciente filtración de un informe que responsabiliza al movimiento shiita del asesinato del expremier Rafik Hariri ha menguado la credibilidad de Hezbollah ante parte del electorado libanés. De peligrar la influencia de Hezbollah en el gobierno, que incluye el poder de veto y un ejército privado, no sería extraño que busqué animar una nueva confrontación con Israel para re-fortalecerse.
Así pues, en momentos en que se replantea seriamente la política exterior de Estados Unidos en Medio Oriente, son varios los actores interesados en mantener vigentes los diversos conflictos que se desarrollan en zona y poner a prueba la estrategia de Obama. En pocas palabras, a partir de ahora, cualquier cosa puede pasar. Corea del Norte ha dado la pauta…