jueves, 22 de enero de 2009

OBAMA: ¿UNA NUEVA ERA PARA EL MEDIO ORIENTE?

OBAMA:

¿UNA NUEVA ERA PARA EL MEDIO ORIENTE?

JOSÉ HAMRA SASSÓN

MEDIO ORIENTE, UN MUNDO ENTERO

REVISTA ANTENA RADIO 107.9 FM

22 DE ENERO DE 2009

Barack Husein Obama intentará renovar el papel de Estados Unidos en el sistema internacional. En su discurso inaugural dibujó una política exterior que contrasta con los parámetros que siguió el gobierno de George W. Bush durante 8 años. El reto de Obama no es menor: quiere recuperar el liderazgo internacional y limpiar la imagen de su país.

Es cierto que es aún muy temprano para saber si será capaz de lograrlo o si, en el peor de los casos, sus intenciones son genuinas. Cierto es también que Obama y su equipo entienden que el paquete es sumamente complicado y se han puesto a trabajar, incluso antes de que iniciara formalmente su mandato. El día de hoy, el presidente Obama firmó el decreto con el cual la cárcel de Guantánamo deberá ser cerrada en el lapso de un año. Igual suerte seguirán las cárceles clandestinas establecidas por la CIA en varias partes del mundo. Con esta decisión, Obama busca purgar este oscuro episodio de la Administración de George W. Bush. Episodio que avaló la tortura en los interrogatorios a sospechosos de ser terroristas. La guerra contra el terrorismo, en palabras de Obama, no debe hacerse a costa de los ideales de libertad que defiende Estados Unidos.

Podemos sostener que nuestro vecino del norte, con Obama o con quien sea que despache en la Oficina Oval, seguirá siendo Estados Unidos: la potencia se rige en el sistema internacional por sus intereses y no por ser el amigo más popular del barrio. Digamos que actúa como prácticamente todos los países. Pero la fascinación global por Obama reside en un discurso renovado que regresa a los valores centrados en el bienestar común, en la comprensión de que este mundo ha cambiado, y por lo tanto, como señaló en su discurso del martes, Estados Unidos también debe cambiar. Vale la pena darle el beneficio de la duda.

Así pues, la promesa del cambio radical en la política exterior de Washington hacía Medio Oriente empieza a tomar forma. El día de ayer (21 de enero) Obama se reunió con su gabinete de Seguridad Nacional y los responsables castrenses en Irak para poner en marcha el plan para retirar, en 16 meses, a sus 140 mil soldados de ese país. Salir de Irak, como se ha planteado, será sumamente difícil. El país invadido por Bush está social y políticamente fragmentado por sus diferencias étnico-religiosas. Sería una irresponsabilidad huir del desastre iraquí sin asegurar un plan que evite una guerra civil. Posiblemente ese proyecto implique el fin del país llamado Irak que se creó al finalizar la Primera Guerra Mundial. En ese caso, deberá evaluarse el impacto regional que tendría la desintegración iraquí.

Como lo prometió en su campaña, la salida de Irak responde a la necesidad de re-direccionar la guerra contra el terrorismo para enfocarla en Afganistán y Pakistán. En la frontera entre estos dos países se localiza el hervidero de Al-Qaeda. Todavía está por verse de qué forma el nuevo gobierno estadounidense echará a andar la nueva estrategia. Lo que sí ha vislumbrado es un nuevo acercamiento con el Medio Oriente y el resto del mundo: reconstruir el orden multilateral para hacer frente a la amenaza global del terrorismo. En este sentido, Obama elevó a nivel de gabinete el cargo de Embajador de Estados Unidos en la ONU.

En sus primeras palabras y acciones, el presidente Obama busca erradicar la noción del “Choque de Civilizaciones” en la que se montó la política exterior de su antecesor. En su discurso inaugural resaltó la de pluralidad religiosa y cultural de la sociedad estadounidense, lejana a la soberbia de un exclusivo club impuesta por Bush y compañía. Desde esa diversidad, habló al mundo musulmán al que le ofreció respeto mutuo. En el caso del programa nuclear iraní, Obama refrendó su compromiso para abordarlo a través de todo tipo de mecanismos diplomáticos para neutralizar la amenaza.

Finalmente, el nuevo presidente estadounidense ya se remango la camisa para resolver el conflicto entre israelíes y palestinos. De la mano de Hillary Clinton, su secretaria de Estado, en principio busca un cese al fuego definitivo entre Israel y Hamás. Al nombrar a George Mitchell como enviado especial para el Medio Oriente, Obama confirma su disposición para resolver activamente el conflicto israelí - palestino, tal y como lo declaró este jueves. Apoyado por el equipo que guió las negociaciones de paz hasta el año 2000, seguramente rescatará los parámetros de Bill Clinton para buscar resolver el conflicto. Es decir, asegurar la creación de un estado palestino viable en Gaza y Cisjordania, desmantelar los asentamientos judíos en los territorios palestinos y salvaguardar la integridad de Israel, entre otras cosas. En buena medida, el éxito de Obama y su equipo en Medio Oriente dependerá de un acuerdo de paz justa entre Israel y Palestina. Obama, de entrada, ya tiene un punto a su favor: no es George W. Bush. El resto está por escribirse.

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